"La resistencia no aguanta


““Resolviendo el hambre con acciones, no promesas”"












Personas de la Tercera edad  - Foto Rowinson Perez 




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La
curiosidad corre por cuenta propia cuando de explorar y recorrer la ciudad se
trata. Una posibilidad obligada para enterarse de lo que no se quiere, o fijarnos
en aquello que bien merece exaltación.  Por
ello en tiempos de cuarentena, confinamiento e incluso de crisis, las necesidades
básicas del ser humano son apremiantes (salud,
alimentación, seguridad, vivienda, etc.)
, una radiografía que apela a la pirámide
de Maslow. 










En ese orden, al encontrarme
en una jungla de asfalto, que es indiferente, gris, caótica de poca prestancia cuando
de acciones altruistas se trata, pretendo con el siguiente contenido hacer una crítica
y llamado de atención por 3 episodios que me conmovieron bastante en esta
temporada.
El primero lo refiero a mucho
antes de que decretaran alerta amarilla y confinamiento obligatorio ante el
Covid – 19, y los otros relatos como parte y arte de la situación.
 















“Que tu mano derecha no sepa, lo que da tu izquierda”





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En
pleno centro de Bogotá, (carrera 13, con calle 18 con exactitud), hace algo más
de 5 años, se han venido reuniendo todos los sábados, aproximadamente unas doscientas
(200) personas, justamente para recibir una ración de alimento, kits de aseo
personal e incluso invitaciones para su resocialización. Una tarea magna, en la
que pocos se ponen la camiseta para servir, pero que ha venido desarrollando
con ahínco y perseverancia La Fundación Clínica Del Hogar, una organización cristiana que beneficia a los más
desposeídos, a personas vulnerables, a sujetos precarizados y necesitados,
literalmente a los olvidados. Una labor que hacen por la simple necesidad de
ayudar, por eso y con una horda de aplausos, un absoluto reconocimiento a esa
bella labor.  














Gremio de la construcción - Foto Esteban Perez 







“Del hambre y otras necesidades”




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Ahora
me enfocaré en los otros relatos que corresponden a 2 grupos poblacionales,
pero a partir del decreto de aislamiento preventivo; El primero, referente a
personas de la tercera edad, quienes por su condición social no lograron un
cupo en un asilo u hogar de paso, quedando la intemperie de las calles, a la
beneficencia de nadie. Es aquí donde me encuentro con varios de ellos, quienes
de forma desalentadora me confiesan su situación, y que, como ánimo a sus
desgracias, prometo publicar una nota como forma de auxilio (espero sea
efectiva).  Y el segundo grupo del gremio
de la construcción, quienes tuvieron que aglomerarse en las calles y hacer una
protesta pacífica para que el gobierno nacional les prestara atención, frente a
las necesidades con las cuales premia la cuarentena a aquellos que viven del
día a día. (Amanecerá y veremos) 















Finalmente  




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Quiero
hacer una lectura y análisis crítico, ante lo que sucede en estos tiempos álgidos.







  • Quienes sin necesidad de pandemia o situación que
    lo amerite, siempre están a disposición del servir.  

  • Quienes no daban ni las gracias, ahora se
    rasgan las vestiduras con su doble moral asistencial.

  •  Quienes, seducidos por la alerta amarilla y la
    masa mediática, son simplemente conejillos de indias, de una bola de nieve que
    agranda el ego.

  •  Quienes finalmente se aprovechan y enriquecen
    con el pánico ajeno, para hacer de su supuesta ayuda un lucro de avaricias  









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