ITINERANCIA SONORA / EPISODIO JUAN PIÑA
Con un trayecto y distancia de aproximadamente
una hora larguita, como decimos en Bogotá para estirar el tiempo ante cualquier
circunstancia, llegue en bicicleta a la cita que me había comprometido con uno
de los artistitas más prolíficos e importantes de la música de nuestro folclore
colombiano; el cantante y músico Juan Piña, quien se encontraba alojado en el
hotel San Francisco ubicado en el centro de la ciudad junto con su familia, y
que además estaba a puertas de celebrar sus más de 50 años de carrera artística
en el teatro Jorge Eliecer Gaitán.
Formal y amablemente con aire de humildad, me recibió y de oído atento
con mi grabadora simplemente le pregunte por su legado musical.
Fue una conversación amena en la que su
trayectoria se vislumbraba con cada palabra que relataba, trayendo a memoria
muchas canciones que lo habían caracterizado en sus inicios y con las que
incluso se hicieron muy populares en diversos escenarios de nuestra región, así
como en el mundo, dejando un legado y huella imborrable en la memoria de sus
seguidores.
Atento escuchaba sin musitar al niño
consentido de San Marcos (Sucre), como coloquialmente se le conoce en su pueblo
y la región caribe; mencionando constantemente la esencia y el amor por la música, así
como por su trabajo, al cual le ha dedicado disciplina y tesón, y que hoy por hoy, lo
convierten en toda una leyenda de la música colombiana. No lo digo con aires de
superioridad, sino por el orgullo con el que hablaba en defensa de lo propio, partiendo de la identidad por lo nacional, llegando a tal punto de trasmitir a
sus hijas y allegados ese despertar de oídos a las nuevas generaciones, "su
propio sentir" Y muy merecido el halago, ya que en el año 2012, recibiría el homenaje póstumo y
galardón más importante que se le puede otorgar a un artista de su talla, un Grammy Latíno.
Una vez consumada la entrevista, que más bien
fue una conversación, me invito a almorzar junto a los suyos, donde pude
identificar otras facetas más intimas, que por ética no revelo, pero que me
permitieron entender su naturaleza como persona noble y humilde. Queda por
decir que este episodio como Itinerancia sonora es dedicada al gran
polifacético y maestro Juan Piña.
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